miércoles, 8 de abril de 2009

MIERCOLES SANTO: El despediento

Procesión de Jesús Nazareno y Despedimiento
JESÚS EL NAZARENOCuando le llevaban, echaron mano de un cierto Simón de Sirene, que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús Nazareno. Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban por él. Jesús se volvió a ellas, y les dijo: Hijas de Jerusalén no lloren por mí, lloren mas bien por ustedes y por sus hijos… Llevaban además a otros dos malhechores para ejecutarlos con él (Lc. 22, 26-32).
Un momento dramático. Algunos lloran, otros, simplemente, ya no tienen lágrimas. Es como si el reloj se detuviera... o será tal vez que en ese instante en Catacaos se pierde la noción y se rompen los parámetros del tiempo, por que lo único importante es lo que sucede en la Plaza de Armas, la noche del miércoles Santo.
La imagen de Jesús Nazareno, es rodeada por las imágenes de la Virgen María, San Juan y la Verónica. Los corazones de los fieles laten con fuerza, es como si quisieran salírseles del pecho para reposar al lado de las andas sagradas.
El silencio invade Catacaos cuando se produce el primer encuentro entre el Nazareno y la Verónica. Las andas de la Verónica se inclinan y, con una tela, en la que quedará impreso el rostro del Nazareno, limpiará el sudor y la sangre de Cristo.
Luego, la Verónica va en busca de San Juan para avisarle que estuvo con Jesús. Ambos van al encuentro de la Virgen María. Después las tres imágenes se reúnen. Las andas de Cristo y de la Virgen se inclinan para "conversar". La emoción es incontrolable.

No hay comentarios: