

El cuadro lo completan las nubes a ras de tierra de moto taxis que revolotean por todas partes, algunos esperan en los cruces, a la salida de los pueblos o caseríos que atraviesa la vía principal, la única pavimentada, lúgubres casitas se erigen junto al camino como vestigios de una civilización precolombina, pero no, son casas actuales y están habitadas ¿cómo puede convivir tanta escasez con la exuberancia de los campos de arroz y de algodón que crecen casi entre una casa y otra?
Por momentos la vía se vuelva casi laberíntica, llevando a la confusión, en una de esas paro frente a una puerta abierta de un garaje para beber algo y mirar el mapa, se me acerca un señor que con la sonrisa de un amigo me saluda y me pregunta de dónde vengo y hacia dónde voy, conversamos un rato, él ahora vive de despinchar moto taxis, vive bien y está tranquilo, trabajo es lo que menos le falta. Me indica el camino. Me alegra haberme detenido en ese punto.
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